Este tren va rumbo a la gloria.

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¡Traed madera! ¡Traed madera! ¡Es la guerra! Grita Groucho Marx en Go West! mientras deshacen los vagones para alimentar la locomotora y alcanzar a los bandidos. El tren nos ha hecho vivir momentos maravillosos en el cine. Lee Marvin subiendo sin billete a un mercancías en los años de la Depresión tratando de esquivar las palizas del revisor, un cruel Ernest Borgnine operario del ferrocarril en El emperador del norte; Imanol Arias saltando de un expreso en marcha en El Lute: camina o revienta; dos extraños en un tren intercambiándose victimas de un crimen; asesinatos premeditados con pasión y ansia de venganza en el Orient Express; asaltos al tren de Glasgow; transiberianos cruzando la estepa helada; los hermanos Frank & Jesse James desvalijando convoyes a caballo.

Durante todo el siglo XX, las vías de ferrocarril fueron las venas por las que fluyó la vida de países y continentes. No podemos olvidar que la revolución industrial comenzó con la máquina de vapor. Rebeldes, insurgentes, aventureros, buscadores de oro se subieron a trenes, atravesando miles de kilómetros en pos de la fortuna y el poder.

La música no tardó en auparse al pescante para llevarnos de viaje, como en la Rock Island line, la vieja locomotora popularizada por Lonnie Donegan. Deteniéndose en las estaciones, esos territorios donde todos somos forasteros y en los que el tiempo pasa mas despacio que en ningún otro lugar del mundo. Robert Johnson llora parado en el andén mientras Willie Mae se aleja en Love in vain.

El tren ha sido fuente de inspiración para todo tipo de estilos. Ahora que se ensalza la comodidad de viajar en coches silenciosos como el vuelo de una grulla, deberíamos reivindicar la sonoridad del tren. El tumulto de apeaderos atestados, maletas rodando; conversaciones a gritos en el vagón, fumadores departiendo en el pasillo, el silbido del tren al cruzar un pueblo, el estruendo de las ruedas bruñidas girando sobre las vías. Si buscas un cantante que te recuerde todo esto y le añada la melancolía del viaje a ninguna parte, del viaje sin retorno, del inevitable fin del viaje, Tom Waits es tu hombre y el tren la metáfora del pecado y la expiación en Down there by the train. O de la soledad en la multitud, en Downtown train. https://www.youtube.com/watch?v=hZhW76LAnTY

Cantantes y músicos negros rítmicos y elegantes como nadie llevan su música festiva y religiosa de viaje en ferrocarril. Cantan soul y gospel en animados grupos instalados en la plataforma entre vagones. O bailan funky. The O’Jays ataviados con la inevitable camisa de chorreras, pulcros y uniformados, cantan al tren del amor (Love train). Si te subes en este tren no podrás parar de moverte, el contagio está garantizado. Alrededor del mundo la gente une sus manos y pone en marcha el tren del amor... https://www.youtube.com/watch?v=jyCMkay9XRY

La dulce voz de Gladys Knight & The Pips se sube al tren de medianoche a Georgia (Midnight train to Georgia) dejando atrás un amor en espera, como no. El blues y sus armónicas han imitado fielmente el pitido de las locomotoras al tomar una curva en su recorrido, abordado trenes de medianoche (Midnight train de Johnny Burnette), trenes mañaneros (Morning train de Precious Bryant), desbocados (Runaway train de Soul Asylum). Big Bill broonzy, Lazy Lester o Charlie Musselwhite han ocupado su compartimento y mirado el paisaje a través de la ventanilla.

El rock nos ha montado en trenes lentos (Slow trainBob Dylan), en trenes veloces (Fast train: Van Morrison), nos ha llevado a los barrios peligrosos, nos ha iluminado el trayecto llenándolo de optimismo y vitalidad o nos ha transportado al final del recorrido, a la estación Termini. Últimas salidas, ultimas esperanzas, ultimas oportunidades. Hear my train a comin’ de Jimi Hendrix; Iron Horse de Motörhead; Rock and roll train de AC/DC https://www.youtube.com/watch?v=Kb2uciHpe4U

Viajeros de todo el mundo llegan a Memphis para visitar Graceland, el mausoleo de Elvis Presley en Mystery train, la película de Jim Jarmusch. Y en los títulos de crédito suena el clásico de Junior Parker en la acariciadora voz del rey del rock. https://www.youtube.com/watch?v=Q_eE0NPArEY Hay veces, como en este Mystery train, en que el tren no tiene tanto que ver con la historia que cuenta como con el ritmo de la canción, que intenta trasladarnos la cadencia del caballo de hierro cabalgando por las llanuras. Como el Train in vain de The Clash, en la que el tren solo rueda en el título.

En Silver train de The Rolling Stones, una historia de prostitución, ella ríe y toma su dinero… Metáfora gastada la del tren penetrando en el túnel, la chimenea echando humo…lluvia de plata, tren de plata…y sin embargo, muy utilizada. Que tu amor se va, que llega de lejos, que el tiempo vuela, que es un pasatiempo, el tren vale para todo. Blue train de Johnny Cash, del LP Todos a bordo, en el que suenan también el Train of love o I heard that lonesome whistle. Tristes baladas de desamor y abandono, trenes sin destino: Train to nowhere de Eric Clapton. El tren azul de Leño te lleva de viaje psicodélico.

Como decía una vieja canción de Shocking Blue de 1975, nunca te cases con un ferroviario, te querrá solo de vez en cuando, su corazón está en su tren. Otros maquinistas tienen su sitio en el viaje de la musica popular, como el Railroad Man de Eels o Railroad Bill de Ramblin’ Jack Elliott.

Dentro de cien años, nosotros estaremos calvos, pero los cantantes seguirán haciendo del mundo un lugar mas amable, pero ¿de que viajes hablarán entonces esos compositores? ¿Teletransporte a Marte? ¿Cohete a Venus? Estaréis conmigo en que el tren fue mucho mas divertido.

Mientras llega el futuro, el tren sigue rodando (train kept a rollin; Johnny Burnette) y atravesando llanuras rumbo a la gloria. (This train is bound for glory; Woody Guthrie)